miércoles, 19 de junio de 2013


Renuevate

border=0En ocasiones nos sentimos desalentados y cansados de leer la Biblia, no voy a negar que también me pasó, sin embargo más adelante te das cuenta que en realidad necesitas alimentarte y renovarte. Existía un anciano que cada mañana se sentaba temprano en la mesa de la cocina para leer su vieja y estropeada Biblia. Su nieto que quería ser como él, intentó imitarlo de cualquier manera; un día el nieto le preguntó, -Abuelo, yo intento leer la Biblia, me gusta pero me aburro, y lo que logro entender es poco. ¿Qué hay de bueno en leer la Biblia?. El Abuelo calladamente dejó de echar carbón en la estufa y dijo -Baja el canasto de carbón y ve al rio, tráeme un canasto de agua. E
l muchacho hizo tal y como su abuelo le dijo, aunque toda el agua se salió antes de que él pudiera volver a la casa. El abuelo se rió y dijo -Tendrás que moverte un poco más rápido la próxima vez, y lo envió nuevamente con el canasto para intentarlo de nuevo. El muchacho corrió más rápidamente, pero de nuevo el canasto estaba vacío antes de que llegara de vuelta a casa. Ya sin respiración, le dijo a su abuelo que era imposible llevar agua en un canasto; a estas alturas, el muchacho sabía que era imposible, pero quería mostrar a su abuelo que aún cuando corriese tan rápido como podía, el agua se saldría antes que llegase a la casa, así que lo intentó por última vez y dijo -¡Mira abuelo, es inútil!, -¿Porqué piensas que es inútil? dijo el anciano, mira dentro del canasto. El muchacho miró el canasto y por primera vez comprendió que el canasto parecía diferente. En lugar de un sucio canasto carbonero, éste estaba limpio.
-Hijo, dijo el abuelo; -esto es lo que pasa cuando tú lees la Biblia.
Tal vez no puedes entender o recordar todo, pero cuando la lees, te cambiará el interior. Esa es la obra de Dios en nuestras vidas. Para cambiarnos desde adentro y lentamente transformarnos en la imagen de su hijo.
El año que pasó tal vez estuvo lleno de equivocaciones, tropiezos, pecados que deseamos dejar atrás y solo lo lograremos al aceptar que Jesucristo pagó por todo esto y que gracias a él tenemos una nueva oportunidad. La Palabra de nuestro Dios es la que nos limpia de nuestro pasado Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Juan 15:3
Que este nuevo comienzo que Dios nos permite vivir, renovemos nuestro interior y nuestro espíritu para tener la valentía de hacer lo que antes no nos animamos a realizar, para bendecir a quienes lo necesitan y sobre todo para cumplir nuestro propósito aquí en la tierra.
Medita en su Palabra, alimenta tu espíritu y no la sueltes en ningún momento, pues ahí está la fuente de vida y todas las respuestas a las pruebas que a lo largo de tu vida se presentarán.
Crea en mi oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mi Salmos 51:10
Fuente: Cvc la Voz

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